Santiago avanza hacia un saneamiento histórico con colectores que protegerán el rio Yaque del Norte

La ciudad de Santiago dio este lunes un paso importante en la recuperación de sus afluentes con el inicio de la construcción de los colectores de aguas residuales La Piña y La Rosaleda, una obra que busca frenar la contaminación que por años ha afectado al arroyo Gurabo, la cañada de Pontezuela y, en consecuencia, al río Yaque del Norte.

La Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan) invertirá RD$274 millones en estos proyectos que, además de mejorar la calidad de vida de más de 40 mil habitantes, marcarán un antes y un después en la gestión ambiental urbana de la provincia.

El director de Coraasan, Andrés Cueto, detalló que se instalarán más de seis kilómetros de tuberías con diámetros de hasta 24 pulgadas, lo que permitirá reducir significativamente la descarga de aguas residuales sin tratar en los afluentes. “No se trata solo de una obra de ingeniería, sino de un compromiso real con la salud y el medioambiente de nuestra ciudad”, afirmó.

Desde el sector empresarial, Saúl Abreu, de la Asociación para el Desarrollo (APEDI), subrayó que con estos colectores se materializa una demanda histórica de Santiago y se cumple la palabra del presidente Luis Abinader de priorizar las obras de saneamiento.

En tanto, la gobernadora Rosa Santos destacó que esta inversión no solo contribuye a preservar los recursos naturales, sino que también impacta de forma directa en el desarrollo local, al elevar los niveles de salubridad y fortalecer la confianza en la gestión pública.

Detalles técnicos

• Colector La Piña: RD$109 millones. Beneficiará a 15 mil personas con más de 2 kilómetros de tubería.
• Colector La Rosaleda: RD$165 millones. Beneficiará a 25 mil personas con casi 4 kilómetros de tubería de hasta 24 pulgadas.

Han aumentado en un 25 % la capacidad de recolección de aguas residuales

Coraasan resaltó que, bajo la actual gestión, se han ejecutado proyectos superiores a RD$5,000 millones, lo que ha permitido aumentar en un 25 % la capacidad de recolección de aguas residuales y en un 29 % la producción de agua potable en la provincia.

Con estas obras, Santiago no solo suma infraestructura, sino que avanza hacia un modelo de ciudad más limpia, sostenible y preparada para enfrentar los desafíos ambientales del futuro.

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