Cambio de tono: Trump acepta rol de jueces en caso Epstein

En un giro llamativo frente a su historial de confrontaciones con el poder judicial, el presidente Donald Trump afirmó que acatará lo que los tribunales decidan respecto a la publicación de materiales del gran jurado en el caso Jeffrey Epstein.

Durante su mandato, Trump desacreditó públicamente a jueces que emitieron fallos contrarios a su agenda, llegando a calificarlos de “enemigos de Estados Unidos” y cuestionando su legitimidad. Sin embargo, en esta ocasión, sostuvo que el acceso a los testimonios sobre Epstein debe estar sujeto a la aprobación de los jueces.

“He pedido a la fiscala general que haga públicos todos y cada uno de los testimonios pertinentes del Gran Jurado, sujetos a la aprobación del Tribunal”, escribió en redes sociales.

Esta declaración surgió después de que The Wall Street Journal publicara un reportaje que menciona una felicitación que Trump habría enviado a Epstein en 2003, incluyendo una caricatura de tono sexual y una expresión de cercanía. The New York Times aclaró que no ha verificado dicha información.

El proceso de publicación de material del gran jurado está regulado por estrictas normas de confidencialidad, y su divulgación depende exclusivamente de una decisión judicial. Aunque esta ha sido siempre la norma, resulta notorio que Trump, quien ha desafiado abiertamente a la justicia en otros frentes, se muestre ahora dispuesto a aceptar su autoridad.

Asimismo, expertos jurídicos han señalado el cambio de tono como significativo. “Es una ruptura con el patrón de hostilidad que ha mostrado hacia el poder judicial”, dijo Judith Resnik, profesora de derecho en la Universidad de Yale.

La Casa Blanca intentó desacreditar cualquier comparación entre este caso y las críticas anteriores de Trump a otros jueces, tildando los señalamientos de los medios como “comparaciones falsas”.

Sin embargo, la contradicción ha llamado la atención de observadores y juristas que piden coherencia en el respeto a las instituciones judiciales. Para algunos, la postura del presidente en este caso representa una excepción aislada en su historial de tensiones con la justicia.