Australia se comprometió este jueves a reducir entre un 62 y un 70 % sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2035, con el objetivo de acelerar su transición hacia las cero emisiones netas de cara a 2050, anunció hoy el primer ministro, Anthony Albanese.
El mandatario aseguró que la decisión responde a las recomendaciones de la Autoridad de Cambio Climático y busca "proteger el medioambiente, la economía y los empleos" del país, con base en el "interés nacional y en el de futuras generaciones".
La meta anterior del Gobierno de Albanese era reducir un 43 % las emisiones para 2030 respecto a los niveles de 2005, un compromiso que ya supuso un aumento respecto al objetivo fijado por el anterior Ejecutivo conservador, de entre el 26 y el 28 % para el mismo periodo.
El Ministerio de Hacienda australiano estimó que un recorte del 65 % en las emisiones impulsaría la economía, frente a un escenario sin metas climáticas, y permitiría alcanzar salarios reales un 2,5 % más altos en 2050 y un PIB per cápita superior a 2.100 dólares australianos (1.281 euros).
"Una transición desordenada significaría menores salarios y precios de la electricidad más altos", advirtió en una rueda de prensa el ministro de Finanzas, Jim Chalmers, mientras el titular de Energía y Cambio Climático, Chris Bowen, defendió "la oportunidad económica" de la transición energética.