
La superestrella japonesa Shohei Ohtani volvió a demostrar por qué es uno de los jugadores más excepcionales de la MLB, dejando actuaciones memorables en la Serie Mundial 2025 que Los Angeles Dodgers ganaron a los Toronto Blue Jays en siete intensos juegos.
Ohtani alternó entre su rol de lanzador y bateador designado, dejando momentos históricos. Su actuación más destacada ocurrió en el Juego 3, un maratón de 18 entradas ganado 6-5 por los Dodgers, donde conectó dos jonrones, dos dobletes, impulsó tres carreras y se embasó nueve veces, convirtiéndose en el primer jugador en la historia de los playoffs en llegar a base nueve veces en un solo partido y empatar el récord de extrabases en un juego de Serie Mundial.
El japonés también abrió como lanzador en el Juego 4, tolerando seis hits y cuatro carreras en seis innings, y continuó su labor ofensiva, imponiendo récords de bases por bolas intencionales en una Serie Mundial, igualando a leyendas como Lou Gehrig y Albert Pujols.
En el Juego 7 decisivo, Ohtani lanzó 2.1 entradas y aportó con el bate, incluyendo un sencillo clave en la primera entrada, antes de que Will Smith conectara el jonrón de la victoria en la undécima entrada, sellando el título de Los Ángeles.

En toda la postemporada 2025, Ohtani disputó 17 juegos y 68 turnos al bate, con promedio de .265, 8 jonrones, 14 impulsadas y 28 ponches en 20.1 entradas lanzadas, consolidándose como uno de los protagonistas del segundo campeonato consecutivo de los Dodgers, hazaña que no se lograba desde los Yankees de 1998-2000.
Más allá de Ohtani, el título angelino se definió gracias a las actuaciones decisivas de Will Smith, Miguel Rojas y el japonés Yoshinobu Yamamoto, cuya entrada de relevo en el Juego 7 mantuvo a raya a los Azulejos. Además, la estrategia del mánager Dave Roberts, incluyendo la sustitución clave de Andy Pagés, fue determinante en los momentos críticos.
Con esta Serie Mundial, Ohtani refuerza su legado como jugador de dos vías único en la historia moderna, capaz de dominar tanto en el montículo como con el bate, y deja su marca en una de las finales más emocionantes de las Grandes Ligas.

